jueves, 31 de marzo de 2011

Rarezas de una colección de un viajero borracho 3 (Botellas de cerveza)

En esta tercera entrega de rarezas hablaré de botellas de cerveza raras o de colección.

Cuando se viaja o se anda husmeando en mercaditos siempre se pueden encontrar cosas buenas para una colección, dentro de las aproximadamente 500 botellas que tengo, les presento algunas de las más interesantes.

Empezando por unas Mexicanas que ya no existen o han cambiado mucho de imagen.

O esta con estuche enfriador de Belice (cerveza Maya Belikin)

Para los que les gusta la Corona, tengo esta imagen de diferentes tamaños, desde la de 2 litros (que venden en algunos bares llena de cerveza y te regalan o venden el envase) hasta una ampolleta (190ml) o la extinta de barril.



Las Coronas light, que fue la primera cerveza light de México pero solo se vendía en Estados Unidos, hace más de 10 años.


Para los que no son de México, les sorprenderá saber de esta cerveza que está dedicada a un bandido que ahora lo veneran los narcotraficantes como si fuera un santo, la cerveza Malverde.

Están las cervezas conmemorativas navideñas o especiales de la Cuauhtémoc Moctezuma que solo dan a clientes y que recibí como regalo de un buen amigo.

Dentro de la colección también están las que intentan copiar a otras cervezas, ya sea por el nombre, la imagen o la botella.

Una que España fundo en Filipinas y despues la expropiaron pero sin cambiarle el nombre es la San Miguel.

Dentro de esta categoría hay unas de Guatemala.

Otras de China, la famosa Cerono, y otras que incluso imitan mismas cervezas chinas.

Las que copian cervezas belgas.

La ya muy vieja pelea de Budweiser de República Checa contra la Budweiser gringa.

Están las cervezas que se llaman como algún animal: perro, tigre, gato, ganso, elefante, etc, etc.

Esta lata de cerveza chilanga, que no se elabora en el DF y ni siquiera en México, es de Estados Unidos, se debería llamar “Cerveza gabacha” jajaja

Están las horribles cervezas embotelladas en plástico

Las que ponen personajes famosos, Bohemia Frida Kahlo, William Wallace, Zapata o Maquiavelo.

Las latas que promocionan deportes, carnavales o ferias.

Las conmemorativas de futbol, ya sea de equipos o jugadores.

Las que hacen honor a los ingredientes o al proceso de la cerveza: lúpulo, cebada, agua, levadura, etc.



Unas que traen al presente antiguas etiquetas, como las Quilmes o las Tecates.

No podían faltar las que traen atractivo visual en la botella.

Las de botella de aluminio, muy cucas.

Las de feria que sólo puedes obtener ganando alguno de los jueguitos ya sean canicas, dardos, tirar los pinos, meter el aro en la botella, etc.

Unas muy sabrosas y caras, son las que tienen el tapón cerámico, la mayoría alemanas o de holanda.

Una serie que salió de Corona, con paisajes mexicanos fue muy buena.

O las Indio con etiquetas de “cultura urbana mexicana”

Las que tienen seres fantásticos o etiquetas chistosas: diablos, elefantes rosas, duendes, chupacabras, etc.


Espero haya sido de interes estas cervezas de colección, pronto hablaremos de los antros de Escocia y de los de NY.

Salud

jueves, 24 de marzo de 2011

Rarezas de la colección de un viajero borracho (parte 2: vasitos tequileros)

En esta entrega se hablará de los vasitos de tequila, que en México tradicionalmente se llaman “caballitos”, en otros lados se les llama “chupitos”, “copitas” o en inglés “shot glass”.

Estos vasitos pueden ser de diferentes tamaños, lo normal es que vayan de 1 onza (aprox. 30 ml), 1.5 onzas (aprox. 45 ml) o 2 onzas (aprox. 60 ml), aunque hay unos más pequeños y otros mucho más grandes (hasta unas 4 onzas).

En otros países, además de servir tequila, se usan unos similares (por lo menos en el volumen que tienen) para servir los destilados locales, cuando se toman solos, como vodka, cachaza, orujo, baijui, sake o licores dulces o cremitas.

Ultimamente ha estado de moda que en las tiendas de recuerditos (souvenirs) o en aeropuertos vendan los vasitos con el nombre del país o fotos de los monumentos históricos.

El nombre como se le conoce en México “caballito” tiene un origen incierto, al parecer deriva de cuando los terratenientes en Jalisco salían a supervisar sus tierras a caballo y llevaban colgado del cuello un cuerno de toro ahuecado y recortado (en donde se cataba el tequila anteriormente) y cuando se les preguntaba que por qué lo traían, respondían: “Es p’al tequila en el caballito”. El cuerno se remplazo por el vasito de vidrio posteriormente.

Y cabe aclarar que en México se degusta el tequila, lentamente en un “caballito”, y no se hace como los “spring breakers” que de un solo trago se empujan todo el contenido de tequila.

Muchas son las formas de tomar tequila, aquí no sería el tema a discutir, pero sólo mencionaré las que utilizan el “caballito” que va desde un tequila blanco, acompañado con medio limón con sal, o un tequila reposado “en bandera”(verde blanco y rojo), es decir, un caballito con jugo de limón, otro caballito con tequila y un tercer caballito con sangrita (preparado con jugo de tomate, limón, naranja, salsa picante y especias). O simplemente degustar en un caballito un buen tequila añejo solito sin más acompañamiento.

De una colección de alrededor 350 “caballitos”, voy a hablar de los que más me gustan, varios han sido regalos apreciados, otros, producto de búsquedas en rincones de México y otros de varios lugares en el extranjero.

Empezaré con el primero de la colección, comprado en Acapulco hace unos 20 años, como regalo a mi padre.

En México se pueden encontrar de varios materiales, unos muy folclóricos con motivos prehispánicos o nacionales.

Muchos de los tradicionales en México elaborados de cerámica, en lugar de vidrio.

Los hay con forma de bota o con diseños muy vistosos.

Unos llevan los nombres de marcas famosas.

Unos son de piedra, de madera o de bamboo.

Algunos muy mexicanos de vidrio soplado, que tienen además, incrustados en el fondo nopales, chiles, cactus, etc, también de vidrio soplado.

Los hay muy pequeños o muy grandes.

Unos pocos, elaborados de plástico :S

Los hay muy estilizados o muy obscenos.

Los orientales son regularmente más pequeños.

Unos de China, con una especie de canica incrustada, que al poner el liquido deja ver en el fondo imágenes eróticas (no me pidan las publique jaja).

Unos muy simpáticos, especialmente en algún antro o club, son los que tienen foquitos de “led” o son fosforescentes.


Uno que me recuerda a los cuernos de toro huecos de México, pero que fue un regalo de Islandia, es este con cuerno de carnero.

También están los muy estilizados y altos, más apropiados para los licores dulces o cremitas.

En las destilerías se ha puesto de moda que a los turistas les den a probar el tequila en copas altas, utilizadas para catar durante el proceso de destilación de diferentes industrias, como en la elaboración de whiskey o ron.

Dentro de mis favoritos están estos que hacen alusión a tarros bávaros (que estos son más bien de la región de Bohemia, en República Checa, por lo que serían mini-tarritos bohemios) y también las llamadas mini "yardas" de cerveza, pero para tequila.

También en los favoritos están estos con mezcla de materiales: pewter, vidrio soplado, talavera.

Los de acero inoxidable, pewter u otro metal, también estan dentro de los favoritos, unos son de Escocia para degustar whisky, otro de Tailandia, unos de Tequila, México.

Así mismo hay un modelo interesante, con un hueco abajo pera colocar el dedo y sostener el “caballito”. Bastante ameno para diferente tipo de reuniones.

Dentro de los muy comunes están los cilíndricos con la boca más ancha que la base, de 1.5 oz ó 2 oz, o unos más chaparritos pero con la misma capacidad. En las cantinas también es común que te sirvan en una especie de copita coñaquera, pero para tequila, de unas 2 onzas.

Pero lo más curioso de todo es que la casa austriaca Riedel, famosa por diseñar las copas apropiadas para tomar cualquier tipo de bebida (en especial vinos), reunió a varios maestros tequileros, de las destilerías más renombradas. Juntos diseñaron la copa tequilera ideal para sentir los aromas, el color, el sabor exacto del tequila. El resultado fue esta copa alta de fino cristal.
que bien servida se vería asi:

Jajaja, nada que ver con lo que uno se imagina para un tequila, por muy rico, caro y añejado que este. Yo por mi cuenta me quedo con algún “caballito” coqueto o las copitas de talavera, vidrio soplado y pewter. Pero bueno, no soy catador profesional, jeje.

Ok, por el momento es todo, los espero para hablar de las botellas de cervezas raras o curiosas que han caído en mis manos, para la siguiente entrega.

Nos vemos, Salud