jueves, 24 de marzo de 2011

Rarezas de la colección de un viajero borracho (parte 2: vasitos tequileros)

En esta entrega se hablará de los vasitos de tequila, que en México tradicionalmente se llaman “caballitos”, en otros lados se les llama “chupitos”, “copitas” o en inglés “shot glass”.

Estos vasitos pueden ser de diferentes tamaños, lo normal es que vayan de 1 onza (aprox. 30 ml), 1.5 onzas (aprox. 45 ml) o 2 onzas (aprox. 60 ml), aunque hay unos más pequeños y otros mucho más grandes (hasta unas 4 onzas).

En otros países, además de servir tequila, se usan unos similares (por lo menos en el volumen que tienen) para servir los destilados locales, cuando se toman solos, como vodka, cachaza, orujo, baijui, sake o licores dulces o cremitas.

Ultimamente ha estado de moda que en las tiendas de recuerditos (souvenirs) o en aeropuertos vendan los vasitos con el nombre del país o fotos de los monumentos históricos.

El nombre como se le conoce en México “caballito” tiene un origen incierto, al parecer deriva de cuando los terratenientes en Jalisco salían a supervisar sus tierras a caballo y llevaban colgado del cuello un cuerno de toro ahuecado y recortado (en donde se cataba el tequila anteriormente) y cuando se les preguntaba que por qué lo traían, respondían: “Es p’al tequila en el caballito”. El cuerno se remplazo por el vasito de vidrio posteriormente.

Y cabe aclarar que en México se degusta el tequila, lentamente en un “caballito”, y no se hace como los “spring breakers” que de un solo trago se empujan todo el contenido de tequila.

Muchas son las formas de tomar tequila, aquí no sería el tema a discutir, pero sólo mencionaré las que utilizan el “caballito” que va desde un tequila blanco, acompañado con medio limón con sal, o un tequila reposado “en bandera”(verde blanco y rojo), es decir, un caballito con jugo de limón, otro caballito con tequila y un tercer caballito con sangrita (preparado con jugo de tomate, limón, naranja, salsa picante y especias). O simplemente degustar en un caballito un buen tequila añejo solito sin más acompañamiento.

De una colección de alrededor 350 “caballitos”, voy a hablar de los que más me gustan, varios han sido regalos apreciados, otros, producto de búsquedas en rincones de México y otros de varios lugares en el extranjero.

Empezaré con el primero de la colección, comprado en Acapulco hace unos 20 años, como regalo a mi padre.

En México se pueden encontrar de varios materiales, unos muy folclóricos con motivos prehispánicos o nacionales.

Muchos de los tradicionales en México elaborados de cerámica, en lugar de vidrio.

Los hay con forma de bota o con diseños muy vistosos.

Unos llevan los nombres de marcas famosas.

Unos son de piedra, de madera o de bamboo.

Algunos muy mexicanos de vidrio soplado, que tienen además, incrustados en el fondo nopales, chiles, cactus, etc, también de vidrio soplado.

Los hay muy pequeños o muy grandes.

Unos pocos, elaborados de plástico :S

Los hay muy estilizados o muy obscenos.

Los orientales son regularmente más pequeños.

Unos de China, con una especie de canica incrustada, que al poner el liquido deja ver en el fondo imágenes eróticas (no me pidan las publique jaja).

Unos muy simpáticos, especialmente en algún antro o club, son los que tienen foquitos de “led” o son fosforescentes.


Uno que me recuerda a los cuernos de toro huecos de México, pero que fue un regalo de Islandia, es este con cuerno de carnero.

También están los muy estilizados y altos, más apropiados para los licores dulces o cremitas.

En las destilerías se ha puesto de moda que a los turistas les den a probar el tequila en copas altas, utilizadas para catar durante el proceso de destilación de diferentes industrias, como en la elaboración de whiskey o ron.

Dentro de mis favoritos están estos que hacen alusión a tarros bávaros (que estos son más bien de la región de Bohemia, en República Checa, por lo que serían mini-tarritos bohemios) y también las llamadas mini "yardas" de cerveza, pero para tequila.

También en los favoritos están estos con mezcla de materiales: pewter, vidrio soplado, talavera.

Los de acero inoxidable, pewter u otro metal, también estan dentro de los favoritos, unos son de Escocia para degustar whisky, otro de Tailandia, unos de Tequila, México.

Así mismo hay un modelo interesante, con un hueco abajo pera colocar el dedo y sostener el “caballito”. Bastante ameno para diferente tipo de reuniones.

Dentro de los muy comunes están los cilíndricos con la boca más ancha que la base, de 1.5 oz ó 2 oz, o unos más chaparritos pero con la misma capacidad. En las cantinas también es común que te sirvan en una especie de copita coñaquera, pero para tequila, de unas 2 onzas.

Pero lo más curioso de todo es que la casa austriaca Riedel, famosa por diseñar las copas apropiadas para tomar cualquier tipo de bebida (en especial vinos), reunió a varios maestros tequileros, de las destilerías más renombradas. Juntos diseñaron la copa tequilera ideal para sentir los aromas, el color, el sabor exacto del tequila. El resultado fue esta copa alta de fino cristal.
que bien servida se vería asi:

Jajaja, nada que ver con lo que uno se imagina para un tequila, por muy rico, caro y añejado que este. Yo por mi cuenta me quedo con algún “caballito” coqueto o las copitas de talavera, vidrio soplado y pewter. Pero bueno, no soy catador profesional, jeje.

Ok, por el momento es todo, los espero para hablar de las botellas de cervezas raras o curiosas que han caído en mis manos, para la siguiente entrega.

Nos vemos, Salud

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