En esta ocasión hablaremos de los países que más consumen cerveza, de los que más la producen y del mayor mercado actual de cerveza.
Las estadísticas del consumo de cerveza pueden ser engañosas, las hay de todos tipos y regularmente las compañías cerveceras y los países tienden a manipularlas. Por lo mismo hay que investigar un poco más a fondo. Así mismo hablaremos de los cambios que ha habido en este rubro en las dos últimas décadas y las tendencias, que hasta parece que el orgullo de algunos países hace que cuando saben que han perdido el primer lugar salen todos a las cervecerías para recuperarlo.
Si alguien hiciera una encuesta de opinión, de quien toma más cerveza en el mundo muchos dirán: los alemanes, otros tantos dirán que los ingleses y algún incauto dirá que los mexicanos.
En realidad los países del centro y norte de Europa son los que tienen los primeros lugares, pero ni alemanes, ni ingleses han estado últimamente ocupando el primer sitio (cosa que realmente abolla su orgullo competitivo).
Cabe aclarar que aquí se habla de consumo percapita, es decir el promedio de litros de cerveza que consume “cada individuo” de un país en un año y no se refiere al consumo total por país, que en estos momentos China es el principal (que no es que un Chino tome mucha cerveza, pero por el tamaño de su poblacion de más de 1,000 millones, basta con que cada chino aumente su consumo una cerveza para rebasar a cualquier otro país en consumo total, pero todavía en el consumo por habitante están muy abajo).
Bueno, regresando al consumo percapita, a mediados de los 90’s la lista estaba de la siguiente manera:
#1 República Checa con 157 litros.
#2 Alemania con 137 litros.
#3 Dinamarca con 124 litros.
#4 Austria con 115 litros.
#5 Irlanda con 113 litros
#6 Bélgica con 104 litros
#7 Gran Bretaña con 101 litros
#8 Nueva Zelanda con 99 litros
#9 Luxemburgo con 95 litros
#10 Australia con 95 litros
En América se tienen los siguientes datos para mitad de los 90's:
Estados Unidos en el lugar # 12 con 84 litros
Venezuela lugar # 15 con 73 litros
Canadá # 17 con 69 litros
y México lugar #23 con 46 litros.
En contraste la lista de los países productores es muy diferente. En los 90´s Estados Unidos estaba a la cabeza, China en segundo lugar, Alemania tercero, Brasil cuarto y Japón quinto lugar. México se encontraba en el lugar # 7 como productor.
Unos datos interesantes son que la República Checa, que es el principal consumidor, se encuentra en el lugar 14 como productor, Dinamarca e Irlanda que están en el 3 y 5 respectivamente en el consumo, como productores están en 24 y 28.
Bélgica que es el consumidor # 6 es el que ostenta el país con mayor número de marcas de cerveza con aproximadamente 8,500 marcas (800 de ellas de exportación), sin embargo sólo cuenta con 125 cervecerías. Por el contrario Alemania tiene menos marcas (5,000 aprox.) pero cuenta con 1300 cervecerías en su territorio. Por su parte Inglaterra tiene unas 700 cervecerías pero cuenta además con muchos pub que hacen su propia cerveza que solo se puede consumir en cada pub.
Como se comento los números van variando mucho y según los datos de mediados de la década del 2000 la lista quedó así:
#1 República Checa con 160 litros.
#2 Irlanda con 153 litros.
#3 Alemania con 125 litros.
#4 Austria con 108 litros.
#5 Luxemburgo con 107 litros.
#6 Dinamarca con 100 litros.
#7 Bélgica con 98 litros.
#8 Gran Bretaña con 101 litros.
#9 Australia con 95 litros.
#10 Eslovaquia con 88 litros.
Los irlandeses sobresalen por su aumento en el consumo (y además de sabrosa cerveza Guinness), los alemanes van a la baja, culpando de esto a los inviernos más crudos de los últimos años y al hecho que la población de personas de la tercera edad va en aumento. Por su lado Luxemburgo y Eslovaquia también tuvieron aumentos considerables.
En América las posiciones se mantuvieron sin cambios considerables.
En cuanto a productores China mando a Estados Unidos al segundo lugar. Ambos países principalmente producen cerveza para consumo interno, lo que los hace estar a la cabeza del mercado cervecero (hablando de ventas y consumo total, no a consumo percapita).
China con sus cervezas Snow, Yanjing y Tsingtao y una fuerte inversión extranjera; Estados Unidos con su Budweiser, Coors y Miller como cervezas de consumo masivo.
El consumo de la cerveza, aunque es popular en todo el mundo (excepto los países que prohíben el alcohol), en muchas culturas es relegado a un segundo término, ya sea por que se acostumbre más el vino o los destilados fuertes. Aun así entre los jóvenes cada vez es más común que las cervezas sean la primera opción.
Cuando se viaja te puedes dar cuenta que tan cervecero es un país, ya sea entrando a un supermercado y encontrando mas marcas de cerveza que de sodas o botanas o cuando se va a los pubs y bares y en cada uno se puede degustar marcas totalmente diferentes unos de otros.
Un asunto diferente que aporta mucha información es el tema de las principales empresas cerveceras, anteriormente todo un tema de orgullo nacional, hoy en día solo una pelea de unas 3 o 4 compañías globales que desde unos 15 años se vienen peleando cada pedacito del mercado mundial, pero esto se hablara en otra ocasión.
Salud.
jueves, 24 de febrero de 2011
miércoles, 23 de febrero de 2011
Introducción al mundo de la cerveza
La información que se puede bloguear con respecto a la cerveza es tanta que se podría crear una nueva página, exclusiva de pura cerveza, sin embargo iré posteando poco a poco la información en este mismo blog del viajero borracho.
La cerveza (o como se le dice en México: chela, cheve, birra, agua de cebada, chelodia, amargas, frías, cerbatana, helodias, muertas, polas, etc., etc.) es una de las bebidas más antiguas de la humanidad, tan antigua como las primeras civilizaciones que dejaron de ser nómadas y empezaron a cultivar los cereales (lo que la ubica alrededor de 6,000 años A.C. entre la civilización de Mesopotamia, Sumeria y Egipto).
Claro que en ese tiempo era una especie de sopa nutritiva, de fácil almacenamiento (por sus características de conservación) y era hasta una forma de pago por actividades laborales. Posteriormente también fue usada durante celebraciones religiosas y como bebida de status dentro de ciertas clases sociales.
Al surgir las civilizaciones griegas y romanas, el vino de uva desplazo a la cerveza como bebida de status, y aunque la cerveza siguió siendo importante, era principalmente para el pueblo.
En el norte de Europa las tribus sajonas, germánicas, teutonas, etc. seguían gustosas tomando cerveza a litros sin importar el status social.
Fue durante la edad media y las cruzadas donde los peregrinos, guerreros, etc. que estuvieron recorriendo Europa de norte a sur, empezaron a demandar mucha cerveza durante sus travesías, y fue donde los monasterios que albergaban a estas personas empezaron a estudiar y perfeccionar los procesos de la cerveza a dejarla casi como la conocemos actualmente.
En muchos países los monasterios tomaron el control exclusivo de la elaboración y fue hasta que el estado vio un potencial económico y de pago de impuestos y abrió la producción a particulares.
Si quieren abundar más sobre el origen de la cerveza y su impacto en la historia de la humanidad les recomiendo el libro “La historia del mundo en seis tragos” de Tom Standage, Editorial Debate.
En la edad media la cerveza era aun algo turbia, con mayor cantidad de residuos sólidos que la que tomamos hoy en día. Posteriormente nuevas tecnologías hicieron posible la fermentación a baja temperatura (6-10°C) lo que originó un proceso diferente con cervezas de diferente sabor, color, consistencia, etc.
Alemania fue uno de los países que ayudaron a que la cerveza se mantuviera con altos estándares al imponer en el siglo XIV una ley de pureza de la cerveza en donde nada más se permitía usar: agua, lúpulo y malta de cebada.
Todo esto originó que la cerveza se empezara a diferenciar por categorías.
Hoy en día hay muchas clasificaciones y en muchos lados, aunque se realice de la misma forma y su sabor sea similar, se etiqueta de manera diferente; son pocos los que se ponen de acuerdo en una única clasificación o clasificación oficial.
Así tenemos cerveza de abadía, bitter, helles, bock, ale, gueuze, porter, stout, lambic, lager, kriek, dunkel, altbier, pilsner, kölsch, mild, trappist, viena, amber, munich, faro, y un largo etc. etc.
Muchas empresas les ponen el nombre que les conviene, aunque otras tienen rigurosos procedimientos para poder llamar a su cerveza de alguna manera en particular. En el reino unido en general se les llama ale (y no beer), en Holanda pils. El maestro cervecero es el que denomina a su cerveza en cada empresa, pero al final la percepción del consumidor es más importante que su clasificación.
En otro blog hablaremos más a detalle de los estilos principales de cerveza, en está ocasión sólo se mencionaran las 3 grandes familias de cerveza, que tienen que ver con su proceso de fermentación:
1.-Cervezas de alta fermentación (o de fermentación superior): es la manera antigua de hacer cerveza, se fermentan a unos 14-20°C por unos 5 días, resultando cervezas regularmente obscuras, con mediano contenido alcohólico. Ejemplo de este tipo de cervezas están las Ale, Porter, Cerveza de malta, Altbier, Kölsch, Trappist , Trigo.
2.-Cervezas de baja fermentación (o de fermentación inferior): procedimiento inventado en Republica Checa y Alemania. Se fermentan a baja temperatura (6-10°C) por 8 o 10 días. Por lo regular son cervezas rubias y las más consumidas a nivel mundial. Ejemplos de estas cervezas tenemos a las Lagers, Pils, Viena, Munich, Bock, Rauchbier.
3.-Cervezas de fermentación espontánea: que se dejan fermentar con levaduras que están en el ambiente de zonas específicas. Aquí tenemos a las Lambic, Gueuze, Faro, Kriek.
Como mencione al principio, está solo es la primera entrega de varias dedicadas a la cerveza. En los siguientes blogs estaremos hablando de las tradiciones de cada país, los tipos de cerveza, las cervezas mexicanas, los grandes corporativos a nivel mundial, las cervezas más fuertes del mundo (y las más caras), los países que más consumen, algunos cockteles con cerveza, las micro-cervecerías, las cervezas artesanales, las marcas globales y muchas cosas más.
Como coleccionista de cervezas, los viajes siempre son un buen pretexto para degustar los tipos de cerveza en otros países y aportar a la colección algunos buenos especímenes. Lo malo es que con las miles de marcas que hay, es frustrante que nunca puedes viajar y traerte todas las botellas que quieres.
Por lo pronto les dejo una lista de cómo se dice cerveza en otros idiomas:
Biero (esperanto), alus (Letonia), mpira (Μπίρα en griego), pi jiu( 啤酒 en chino),
biiru (ビールen japonés), beoir (gaélico irlandés), bia (เบียร en Tailandia), biere (francés), garagardoa (euskera), serbesa (tagalog Filipino), öl (sueco),
piwo (polaco), cerveja (portugués), cerevisia (latín), birra (italiano)
bier (alemán), ab’jo (iraní), mek-ju (맥주 coreano), pivo (Пиво ruso)
beoir (gaélico escocés), beera (בירה en Israel), jij (Chechenia).
Para finalizar los dejo con una foto de una parte de mi colección
Salud
La cerveza (o como se le dice en México: chela, cheve, birra, agua de cebada, chelodia, amargas, frías, cerbatana, helodias, muertas, polas, etc., etc.) es una de las bebidas más antiguas de la humanidad, tan antigua como las primeras civilizaciones que dejaron de ser nómadas y empezaron a cultivar los cereales (lo que la ubica alrededor de 6,000 años A.C. entre la civilización de Mesopotamia, Sumeria y Egipto).
Claro que en ese tiempo era una especie de sopa nutritiva, de fácil almacenamiento (por sus características de conservación) y era hasta una forma de pago por actividades laborales. Posteriormente también fue usada durante celebraciones religiosas y como bebida de status dentro de ciertas clases sociales.
Al surgir las civilizaciones griegas y romanas, el vino de uva desplazo a la cerveza como bebida de status, y aunque la cerveza siguió siendo importante, era principalmente para el pueblo.
En el norte de Europa las tribus sajonas, germánicas, teutonas, etc. seguían gustosas tomando cerveza a litros sin importar el status social.
Fue durante la edad media y las cruzadas donde los peregrinos, guerreros, etc. que estuvieron recorriendo Europa de norte a sur, empezaron a demandar mucha cerveza durante sus travesías, y fue donde los monasterios que albergaban a estas personas empezaron a estudiar y perfeccionar los procesos de la cerveza a dejarla casi como la conocemos actualmente.
En muchos países los monasterios tomaron el control exclusivo de la elaboración y fue hasta que el estado vio un potencial económico y de pago de impuestos y abrió la producción a particulares.
Si quieren abundar más sobre el origen de la cerveza y su impacto en la historia de la humanidad les recomiendo el libro “La historia del mundo en seis tragos” de Tom Standage, Editorial Debate.
En la edad media la cerveza era aun algo turbia, con mayor cantidad de residuos sólidos que la que tomamos hoy en día. Posteriormente nuevas tecnologías hicieron posible la fermentación a baja temperatura (6-10°C) lo que originó un proceso diferente con cervezas de diferente sabor, color, consistencia, etc.
Alemania fue uno de los países que ayudaron a que la cerveza se mantuviera con altos estándares al imponer en el siglo XIV una ley de pureza de la cerveza en donde nada más se permitía usar: agua, lúpulo y malta de cebada.
Todo esto originó que la cerveza se empezara a diferenciar por categorías.
Hoy en día hay muchas clasificaciones y en muchos lados, aunque se realice de la misma forma y su sabor sea similar, se etiqueta de manera diferente; son pocos los que se ponen de acuerdo en una única clasificación o clasificación oficial.
Así tenemos cerveza de abadía, bitter, helles, bock, ale, gueuze, porter, stout, lambic, lager, kriek, dunkel, altbier, pilsner, kölsch, mild, trappist, viena, amber, munich, faro, y un largo etc. etc.
Muchas empresas les ponen el nombre que les conviene, aunque otras tienen rigurosos procedimientos para poder llamar a su cerveza de alguna manera en particular. En el reino unido en general se les llama ale (y no beer), en Holanda pils. El maestro cervecero es el que denomina a su cerveza en cada empresa, pero al final la percepción del consumidor es más importante que su clasificación.
En otro blog hablaremos más a detalle de los estilos principales de cerveza, en está ocasión sólo se mencionaran las 3 grandes familias de cerveza, que tienen que ver con su proceso de fermentación:
1.-Cervezas de alta fermentación (o de fermentación superior): es la manera antigua de hacer cerveza, se fermentan a unos 14-20°C por unos 5 días, resultando cervezas regularmente obscuras, con mediano contenido alcohólico. Ejemplo de este tipo de cervezas están las Ale, Porter, Cerveza de malta, Altbier, Kölsch, Trappist , Trigo.
2.-Cervezas de baja fermentación (o de fermentación inferior): procedimiento inventado en Republica Checa y Alemania. Se fermentan a baja temperatura (6-10°C) por 8 o 10 días. Por lo regular son cervezas rubias y las más consumidas a nivel mundial. Ejemplos de estas cervezas tenemos a las Lagers, Pils, Viena, Munich, Bock, Rauchbier.
3.-Cervezas de fermentación espontánea: que se dejan fermentar con levaduras que están en el ambiente de zonas específicas. Aquí tenemos a las Lambic, Gueuze, Faro, Kriek.
Como mencione al principio, está solo es la primera entrega de varias dedicadas a la cerveza. En los siguientes blogs estaremos hablando de las tradiciones de cada país, los tipos de cerveza, las cervezas mexicanas, los grandes corporativos a nivel mundial, las cervezas más fuertes del mundo (y las más caras), los países que más consumen, algunos cockteles con cerveza, las micro-cervecerías, las cervezas artesanales, las marcas globales y muchas cosas más.
Como coleccionista de cervezas, los viajes siempre son un buen pretexto para degustar los tipos de cerveza en otros países y aportar a la colección algunos buenos especímenes. Lo malo es que con las miles de marcas que hay, es frustrante que nunca puedes viajar y traerte todas las botellas que quieres.
Por lo pronto les dejo una lista de cómo se dice cerveza en otros idiomas:
Biero (esperanto), alus (Letonia), mpira (Μπίρα en griego), pi jiu( 啤酒 en chino),
biiru (ビールen japonés), beoir (gaélico irlandés), bia (เบียร en Tailandia), biere (francés), garagardoa (euskera), serbesa (tagalog Filipino), öl (sueco),
piwo (polaco), cerveja (portugués), cerevisia (latín), birra (italiano)
bier (alemán), ab’jo (iraní), mek-ju (맥주 coreano), pivo (Пиво ruso)
beoir (gaélico escocés), beera (בירה en Israel), jij (Chechenia).
Para finalizar los dejo con una foto de una parte de mi colección
Salud
jueves, 17 de febrero de 2011
Ponches y otras bebidas calientes
Hola, ahora hablaremos de bebidas que se toman calientes, y no me refiero al estado de ánimo del que la toma, sino de la bebida per se.
En México, en épocas decembrinas tenemos los tradicionales ponches, infaltables de las posadas y que no pocas veces llevan su piquete (y en esta ocasión el ponche con piquete no es pleonasmo). El ponche navideño en México es una bebida que se prepara con frutas (guayaba, caña, tejocote, ciruela, flor de Jamaica, tamarindo, manzana, canela), servido muy caliente y endulzado, además de piloncillo, con ron o brandy a discreción.
También en los pueblos, en celebraciones no tan alegres, se acostumbra el café con piquete, en los velorios o celebraciones de día de muertos. Regularmente el café (negro o de olla) se fortalece con ron, mezcal o el destilado que se tenga a la mano, dependiendo del poblado.
En otras culturas, por cuestiones que ellos piensan es de salud, se acostumbra calentar las bebidas, principalmente en invierno. En China anteriormente era común tomar el baijiu (bebida nacional de china) calentada en recipientes de cerámica durante el invierno, hoy en día en más común tomarlo a temperatura ambiente.
En Japón todavía es común tomar el sake caliente en invierno, sin embargo también se hace para ocultar la mala calidad de un sake, así que si en pleno verano te ofrecen un sake caliente, mejor pide uno que se sirva frio. Para mantener el sake caliente se puede usar un recipiente dividido en donde la parte inferior lleva agua caliente y en la parte superior se tiene el sake.
En Alemania hay una especie de ponche con piquete (de nuevo sin albur). Se llama Glühwein y es muy popular en los mercadillos navideños de Alemania, para mitigar el frio. El Glühwein se prepara caliente con vino tinto (de mediana calidad), canela, anís estrella, clavo, jengibre, cáscara de naranja, azúcar morena, y adornado con rodajas de cítricos ya sea naranja o limón. Ya si se quiere potenciado se puede agregar un poco de ron.
En esta clasificación no podía faltar el famoso café irlandés, que se prepara con café expreso (espresso) o americano, azúcar, whiskey (de preferencia irlandés, Jameson es el más comercial), canela y crema batida. Mejor que un capuchino a la hora de la sobremesa.
Y por último, hablando de whiskies, en Escocia igualmente se acostumbra durante el invierno una bebida caliente. Llamado genéricamente como “Hot toddy” similar a un té pero potenciado. He probado dos recetas: la básica se prepara con whisky escoses (preferentemente de mediana calidad, para no echarlo a perder) miel o azúcar, jugo de limón y agua hirviendo. Otra receta más sofisticada lleva además clavo, jengibre y nuez moscada.
Además hay otras bebidas o cockteles, que más que calientes se flamean,como las muy populares de antro mexicano "cucarachas" (tequila, licor de café, flameado azul antes de tomarlo) o cualquier otro cocktail cuyo prefijo lleve el Flaming…, ya sea Flaming B-52, Flaming sambuca, etc.
También en estos flameados podemos clasificar a la Queimada Gallega, que se prepara con orujo (aguardiente de uva) rodajas de limón, granos de café y azúcar. Sin embargo esta bebida es más como parte de un ritual, para alejar los malos espíritus, y no tanto una bebida social (ay nanita).
Pues ya saben, si no es invierno, duden si les dan una bebida caliente, si hace frio pues en lugar de un té aprovechen unas de estas bebidas que les harán entrar en calorcito.
Hasta la próxima.
En México, en épocas decembrinas tenemos los tradicionales ponches, infaltables de las posadas y que no pocas veces llevan su piquete (y en esta ocasión el ponche con piquete no es pleonasmo). El ponche navideño en México es una bebida que se prepara con frutas (guayaba, caña, tejocote, ciruela, flor de Jamaica, tamarindo, manzana, canela), servido muy caliente y endulzado, además de piloncillo, con ron o brandy a discreción.
También en los pueblos, en celebraciones no tan alegres, se acostumbra el café con piquete, en los velorios o celebraciones de día de muertos. Regularmente el café (negro o de olla) se fortalece con ron, mezcal o el destilado que se tenga a la mano, dependiendo del poblado.
En otras culturas, por cuestiones que ellos piensan es de salud, se acostumbra calentar las bebidas, principalmente en invierno. En China anteriormente era común tomar el baijiu (bebida nacional de china) calentada en recipientes de cerámica durante el invierno, hoy en día en más común tomarlo a temperatura ambiente.
En Japón todavía es común tomar el sake caliente en invierno, sin embargo también se hace para ocultar la mala calidad de un sake, así que si en pleno verano te ofrecen un sake caliente, mejor pide uno que se sirva frio. Para mantener el sake caliente se puede usar un recipiente dividido en donde la parte inferior lleva agua caliente y en la parte superior se tiene el sake.
En Alemania hay una especie de ponche con piquete (de nuevo sin albur). Se llama Glühwein y es muy popular en los mercadillos navideños de Alemania, para mitigar el frio. El Glühwein se prepara caliente con vino tinto (de mediana calidad), canela, anís estrella, clavo, jengibre, cáscara de naranja, azúcar morena, y adornado con rodajas de cítricos ya sea naranja o limón. Ya si se quiere potenciado se puede agregar un poco de ron.
En esta clasificación no podía faltar el famoso café irlandés, que se prepara con café expreso (espresso) o americano, azúcar, whiskey (de preferencia irlandés, Jameson es el más comercial), canela y crema batida. Mejor que un capuchino a la hora de la sobremesa.
Y por último, hablando de whiskies, en Escocia igualmente se acostumbra durante el invierno una bebida caliente. Llamado genéricamente como “Hot toddy” similar a un té pero potenciado. He probado dos recetas: la básica se prepara con whisky escoses (preferentemente de mediana calidad, para no echarlo a perder) miel o azúcar, jugo de limón y agua hirviendo. Otra receta más sofisticada lleva además clavo, jengibre y nuez moscada.
Además hay otras bebidas o cockteles, que más que calientes se flamean,como las muy populares de antro mexicano "cucarachas" (tequila, licor de café, flameado azul antes de tomarlo) o cualquier otro cocktail cuyo prefijo lleve el Flaming…, ya sea Flaming B-52, Flaming sambuca, etc.
También en estos flameados podemos clasificar a la Queimada Gallega, que se prepara con orujo (aguardiente de uva) rodajas de limón, granos de café y azúcar. Sin embargo esta bebida es más como parte de un ritual, para alejar los malos espíritus, y no tanto una bebida social (ay nanita).
Pues ya saben, si no es invierno, duden si les dan una bebida caliente, si hace frio pues en lugar de un té aprovechen unas de estas bebidas que les harán entrar en calorcito.
Hasta la próxima.
miércoles, 9 de febrero de 2011
Recorrido por las cavas y sus viñedos en América
Hacer recorridos en una cava (o bodega) y sus viñedos siempre es interesante, independientemente si es una empresa grande o pequeña.
En Estados Unidos ya tiene tiempo que es todo un negocio los tours a las cavas de vino, sobre todo después de la película de “Sideways” (Entre copas); donde un par de amigos decide ir de viaje de despedida de soltero a Santa Bárbara, California y recorren varios viñedos. Aquí además de hablar toda la película de cepas de uva también se dedican a ligar meseras.Otra zona muy famosa para hacer tours es en Napa Valley.
En las visitas regularmente te llevan a los viñedos, te indican el proceso de recolección de uva, limpieza, prensado, fermentación de mosto, maduración en las cavas, filtrado y embotellado.
En México desde hace algunos años se tienen visitas guiadas en algunas empresas. A finales de los 90´s Freixenet ya ofrecía visitas, inicialmente a escuelas y más a delante, los fines de semana, a todo público. Recuerdo a inicios del 2000, pasabas un domingo y sólo veías entre 5 y 10 personas, todo muy tranquilo en los recorridos a las cavas. Posteriormente por sus fiestas de vendimia (cosecha de la uva), la feria del queso y vino, la feria del arte y vino etc. se puso de moda.
Freixenet se encuentra en Ezequiel Montes, Querétaro y aunque maneja vinos tintos, rosados y blancos, se especializan en vinos espumosos elaborados con el método champenoise (osea es como champagne pero hecha en México je je); muy recomendables son: Sala Vivé y Viña Doña Dolores.
Ir en la fiesta de la vendimia o la feria del queso y el vino es interesante, hay grupos de música mexicana, baile, comida de diferentes tipos, artesanías de Querétaro, visitas guiadas, pisado de uvas, etc., sin embargo ya es insoportable la cantidad de gente que va, es difícil encontrar un lugar para comer y te tardas mucho en pasar a la visita guiada. Si lo quieres disfrutar más es mejor ir un domingo, que no haya ningún evento especial, la visita es gratis y al final puedes comprar en la tienda una botella fría de vino espumoso y degustarla en el patio interior de la empresa junto con alguna botanita que lleves.
A raíz del éxito de Freixenet otras empresas en la misma zona han abierto instalaciones con cavas y visitas guiadas, entre ellas: Viñedos La Redonda y Vinícola Los Eucaliptos.
Otro lugar en donde se tienen visitas en México, es en el Valle de Guadalupe, Baja California, aquí la diferencia es que los viñedos son enormes, tres de los principales son Domecq, Monte Xanic y L.A. Cetto. En estas cavas, al final del recorrido, puedes degustar tu botella de vino en los vastos jardines abajo de la sombra de algún cedro o junto a algún riachuelo.
Otra región que está creciendo en su industria vitivinícola y en las visitas a las cavas es cerca de Niágara, en el estado de Ontario, Canadá. La zona se conoce como Niagara on the lake.
Aquí se caracteriza por pequeñas empresas pero muy bien organizadas. Un producto que sobresale es el “ice wine”, en donde dejan las uvas en la vid durante el invierno y se cosechan congeladas, los azúcares se concentran y el proceso de la elaboración es más lento (desde la fermentación, filtración etc.) por lo que los costos de estos vinos en botellas delgadas de 300 a 500 ml, puede ir de 400 a 700 pesos. Al final se obtiene un vino dulce utilizado como postre. El “ice wine” es originario de Alemania (Eiswein), pero allá las botellas pueden llegar a pasar los 1000 pesos.
En Canadá al final de la visita te dan una degustación y te venden aparte de vino, muchos utensilios para el bar y algunos otros productos (entre ellos unas increíbles mermeladas de vino con sabor a tu cepa favorita). En la degustación final, después de un vino espumoso, se vieron bastante generosos al prepararnos una copa de vino espumoso y ice wine rosado, un trago rico y elegante pero en esta ocasión gratis.
Aquí mismo nos comentaron que gracias a la comentada película de “Sideways” y las discusiones de, “porque el Pinot noir era mejor que un Merlot”, la demanda que tenían de vinos elaborados con Pinot noir había crecido importantemente, a niveles de tener problemas de abastecimiento. Por otro lado los vinos de cepa Merlot habían reducido su demanda.
Por mi parte me gustan los Shiraz (Syrah), los Malbec y las mezclas Malbec-Merlot, pero todo es cuestión de gustos.
Por último también quisiera agregar que en Sudamérica la industria de los tours a las bodegas de vino es también muy fuerte, en Chile las regiones más importantes son en el Valle del Maipo o el valle del Maule, en Argentina es la provincia de Mendoza, donde además dan una serie importante de cursos de cata, cepas y maridaje de los vinos con una duración de 15 días a un mes.
Salud y hasta la próxima.
En Estados Unidos ya tiene tiempo que es todo un negocio los tours a las cavas de vino, sobre todo después de la película de “Sideways” (Entre copas); donde un par de amigos decide ir de viaje de despedida de soltero a Santa Bárbara, California y recorren varios viñedos. Aquí además de hablar toda la película de cepas de uva también se dedican a ligar meseras.Otra zona muy famosa para hacer tours es en Napa Valley.
En las visitas regularmente te llevan a los viñedos, te indican el proceso de recolección de uva, limpieza, prensado, fermentación de mosto, maduración en las cavas, filtrado y embotellado.
En México desde hace algunos años se tienen visitas guiadas en algunas empresas. A finales de los 90´s Freixenet ya ofrecía visitas, inicialmente a escuelas y más a delante, los fines de semana, a todo público. Recuerdo a inicios del 2000, pasabas un domingo y sólo veías entre 5 y 10 personas, todo muy tranquilo en los recorridos a las cavas. Posteriormente por sus fiestas de vendimia (cosecha de la uva), la feria del queso y vino, la feria del arte y vino etc. se puso de moda.
Freixenet se encuentra en Ezequiel Montes, Querétaro y aunque maneja vinos tintos, rosados y blancos, se especializan en vinos espumosos elaborados con el método champenoise (osea es como champagne pero hecha en México je je); muy recomendables son: Sala Vivé y Viña Doña Dolores.
Ir en la fiesta de la vendimia o la feria del queso y el vino es interesante, hay grupos de música mexicana, baile, comida de diferentes tipos, artesanías de Querétaro, visitas guiadas, pisado de uvas, etc., sin embargo ya es insoportable la cantidad de gente que va, es difícil encontrar un lugar para comer y te tardas mucho en pasar a la visita guiada. Si lo quieres disfrutar más es mejor ir un domingo, que no haya ningún evento especial, la visita es gratis y al final puedes comprar en la tienda una botella fría de vino espumoso y degustarla en el patio interior de la empresa junto con alguna botanita que lleves.
A raíz del éxito de Freixenet otras empresas en la misma zona han abierto instalaciones con cavas y visitas guiadas, entre ellas: Viñedos La Redonda y Vinícola Los Eucaliptos.
Otro lugar en donde se tienen visitas en México, es en el Valle de Guadalupe, Baja California, aquí la diferencia es que los viñedos son enormes, tres de los principales son Domecq, Monte Xanic y L.A. Cetto. En estas cavas, al final del recorrido, puedes degustar tu botella de vino en los vastos jardines abajo de la sombra de algún cedro o junto a algún riachuelo.
Otra región que está creciendo en su industria vitivinícola y en las visitas a las cavas es cerca de Niágara, en el estado de Ontario, Canadá. La zona se conoce como Niagara on the lake.
Aquí se caracteriza por pequeñas empresas pero muy bien organizadas. Un producto que sobresale es el “ice wine”, en donde dejan las uvas en la vid durante el invierno y se cosechan congeladas, los azúcares se concentran y el proceso de la elaboración es más lento (desde la fermentación, filtración etc.) por lo que los costos de estos vinos en botellas delgadas de 300 a 500 ml, puede ir de 400 a 700 pesos. Al final se obtiene un vino dulce utilizado como postre. El “ice wine” es originario de Alemania (Eiswein), pero allá las botellas pueden llegar a pasar los 1000 pesos.
En Canadá al final de la visita te dan una degustación y te venden aparte de vino, muchos utensilios para el bar y algunos otros productos (entre ellos unas increíbles mermeladas de vino con sabor a tu cepa favorita). En la degustación final, después de un vino espumoso, se vieron bastante generosos al prepararnos una copa de vino espumoso y ice wine rosado, un trago rico y elegante pero en esta ocasión gratis.
Aquí mismo nos comentaron que gracias a la comentada película de “Sideways” y las discusiones de, “porque el Pinot noir era mejor que un Merlot”, la demanda que tenían de vinos elaborados con Pinot noir había crecido importantemente, a niveles de tener problemas de abastecimiento. Por otro lado los vinos de cepa Merlot habían reducido su demanda.
Por mi parte me gustan los Shiraz (Syrah), los Malbec y las mezclas Malbec-Merlot, pero todo es cuestión de gustos.
Por último también quisiera agregar que en Sudamérica la industria de los tours a las bodegas de vino es también muy fuerte, en Chile las regiones más importantes son en el Valle del Maipo o el valle del Maule, en Argentina es la provincia de Mendoza, donde además dan una serie importante de cursos de cata, cepas y maridaje de los vinos con una duración de 15 días a un mes.
Salud y hasta la próxima.
martes, 8 de febrero de 2011
Argentina, bife, vino y fútbol.
Argentina, tierra del buen comer y el buen beber, viven la pasión del fútbol, del tango y de sus costumbres, fusión de la inmigración principalmente española e italiana.
Este viaje lo realice en 2005, apenas el país iba recuperándose de la gran crisis que sufrieron a inicios de la década y los precios, especialmente de servicios, eran muy accesibles. Era increíble llegar a un restaurante ubicado en la zona turística del centro de Buenos Aires y comer una ensalada, un bife enorme, una botella de vino tinto Trapiche malbec y pagar alrededor de 150 pesos (en este blog manejare pesos mexicanos, para evitar confusiones con el peso argentino).
Los vinos son especialmente baratos, considerando la calidad que tienen. Si se entra en una vinatería se encontraran muchos vinos entre los 20 y 50 pesos, muchos de ellos de la región de Mendoza, que es la zona vitivinícola más importante de Argentina. Así mismo se ven varias marcas de cerveza, la más popular la Quilmes, aunque hoy en día se ven muchas marcas Brasileñas (InBev compañía Brasileña-Belga, el corporativo más grande del mundo cervecero, ha comprado las principales marcas argentinas, incluyendo Quilmes y ha invadido a su país vecino con marcas conocidas en Brasil como Brahma o Skol). También Heineken tiene buena participación en el mercado Argentino.
Otras cervezas son la iguana, Isenbeck, Imperial, Stella Artois (belga), Warsteiner (alemana), etc.
Los destilados tienen baja participación dentro de los anaqueles de las vinaterías, encontrando principalmente vodka y whiskey, en estas tiendas nunca vi un tequila.
Las costumbres han ido cambiando en Argentina en cuanto al consumo del vino, actualmente los adultos son los que más lo toman, mientras que los jóvenes son más adeptos a tomar cerveza, Fernet con coca y como se comentó, vodka y whisky sobre todo dentro de los “boliches” (así se les llama a los antros Argentinos).
El Fernet lo conocí en la ciudad de Santa Fe, en donde después de cenar (obvio un buen bife de chorizo), me puse a pasear por una calle peatonal en el centro de la ciudad. Ahí en las tienditas o misceláneas tienen mesitas donde puedes tomar lo que te compras, me compre una cerveza Santa Fe, de mejor cuerpo que la Quilmes, y me puse a platicar con los Santafesinos, ellos se quejaban de los arrogantes porteños (gente de Buenos Aires) y me contaban de las costumbres que tenían en Santa Fe. Después de la cerveza me recomendaron comprar unas miniaturas de Fernet Branca, para combinarlas con coca. El sabor es agradable, pero se tiene que ir cuidando el nivel de Fernet que se pone, porque puede quedar algo amarga la bebida si se pasa. El Fernet es una bebida herbal espirituosa, de 45°GL, y aunque es originaria de Italia, Argentina es el país que más lo tiene arraigado dentro de su cultura y noches de boliche.
Otra bebida que los argentinos la llevan en la sangre es el Mate, que aunque no es alcohólica, le dedicare unas líneas. Elaborado por infusión con agua caliente de hojas de hierba mate, es común ver por la calle, a los argentinos (al igual que a los uruguayos y paraguayos) cargando su termo, su hierba y su mate (así también se le llama al recipiente para tomarlo, que originalmente era una especie de calabaza curada, pero que hoy día se utilizan diferentes materiales). También utilizan una especie de popote de metal, llamado bombilla, para tomarlo. El mate es una bebida social, y un grupo de amigos acostumbra tomar de un solo mate y una sola bombilla, pasándose de uno a otro hasta que se acaban el agua caliente del termo, cambiando de vez en vez la hierba del recipiente.
En ese viaje sólo tome mate en un par de ocasiones con personas que conocía en la calle Florida, zona céntrica de Buenos Aires cerca del obelisco, que en las noches se llena de artesanos que venden chacharitas, pulseritas tejidas, pinturas miniaturas, bisutería etc. Ellos me platicaban de la costumbre del mate, de lo pesado de los porteños, ja,ja (ellos eran Cordobeses y Rosarinos), me preguntaban del chavo del ocho y contábamos chistes de los dos países, al final les compartí un poco del tequila que llevaba y que era la primera vez que probaban.
A lo largo de Buenos Aires se pueden encontrar muchos bazares de artesanos (tianguis de chacharitas hippies) donde encuentras muchas cosas, unos especializados en antigüedades y cosas para coleccionistas. En uno cerca de San Telmo encontré una colección de Quilmes, 8 botellas conmemorativas con etiquetas antiguas de inicios del siglo pasado. Cerca de ahí, también me encontré con una cervecería artesanal que ofrecía muchos sabores de cerveza, entre ellas una sabor ají (con ají puta parió) realmente picosa.
Al estar el mercado dominado por los dos grandes imperios cerveceros, InBev y Heineken, se ha presentado un fenómeno interesante de las micro-cervecerías que ofrecen muchas opciones de cervezas artesanales totalmente nacionales, fenómeno que ya se presenta en Estados unidos y que en México también ha comenzado a surgir (Pero este será tema para otro blog).
Buenos aires tiene muchos lugares de interés: Palermo, Retiro, Puerto Madero (zona fresita para cenar y pasear), Boca (con su estadio y museo, catedral de Maradona) y cerca de ahí Caminito, donde vez parejas bailando tango y pequeños lugares para tomar una cerveza o un buen vino. Otro sitio interesante es Recoleta, con parques, museos, centros comerciales y restaurantes. Ahí me detuve a comer otro rico corte argentino y una buena botella de vino, en esta ocasión un Yauquen, cabernet sauvignon.
Después de varios días comiendo carne, el cuerpo empieza a protestar, lo bueno es que tienes la opción de comer buena comida italiana, pizzas al horno, pastas, ensaladas. Aunque siempre se tiene la tentación por la buena calidad de la carne de comer un buen bife de chorizo, un vacio, costillar, matambre o una rica parrillada.
Otros lugares donde puedes degustar otros platillos es en Rosario, ahí, puedes comer un rico “pescado dorado” cocinado a las brasas, pasear por sus playas artificiales a lo largo del rio y visitar el monumento a la bandera. A lo largo del Rio en Rosario es curioso ver las antiguas instalaciones de silos de trigo que hoy son adornadas de manera artística y dan colorido a la ciudad.
No pude constatar si el porteño es pesado o no, la mayoría de la gente está muy apurada en el ajetreo diario de una ciudad capital, las chicas bien vestidas y serias, no es fácil entablar conversaciones. Lo que si es que las personas que conocí, todas nacidas fuera de Buenos Aires, son amables, platicadoras y con interés de otras culturas (nada mas no les toques el tema Argentina-Brasil en el fútbol y todo irá de maravilla).
Así con unos kilos de más, tanto en mi cuerpo como en mi equipaje, por todas las cervezas y vinos que me traje, llegue a México, con ganas de regresar a Argentina y sus restaurantes, tiendas de discos, Gardel, las bailarinas de tango y bazares de artesanos.
Ok, ches, nos vemos en el próximo blog.
Este viaje lo realice en 2005, apenas el país iba recuperándose de la gran crisis que sufrieron a inicios de la década y los precios, especialmente de servicios, eran muy accesibles. Era increíble llegar a un restaurante ubicado en la zona turística del centro de Buenos Aires y comer una ensalada, un bife enorme, una botella de vino tinto Trapiche malbec y pagar alrededor de 150 pesos (en este blog manejare pesos mexicanos, para evitar confusiones con el peso argentino).
Los vinos son especialmente baratos, considerando la calidad que tienen. Si se entra en una vinatería se encontraran muchos vinos entre los 20 y 50 pesos, muchos de ellos de la región de Mendoza, que es la zona vitivinícola más importante de Argentina. Así mismo se ven varias marcas de cerveza, la más popular la Quilmes, aunque hoy en día se ven muchas marcas Brasileñas (InBev compañía Brasileña-Belga, el corporativo más grande del mundo cervecero, ha comprado las principales marcas argentinas, incluyendo Quilmes y ha invadido a su país vecino con marcas conocidas en Brasil como Brahma o Skol). También Heineken tiene buena participación en el mercado Argentino.
Otras cervezas son la iguana, Isenbeck, Imperial, Stella Artois (belga), Warsteiner (alemana), etc.
Los destilados tienen baja participación dentro de los anaqueles de las vinaterías, encontrando principalmente vodka y whiskey, en estas tiendas nunca vi un tequila.
Las costumbres han ido cambiando en Argentina en cuanto al consumo del vino, actualmente los adultos son los que más lo toman, mientras que los jóvenes son más adeptos a tomar cerveza, Fernet con coca y como se comentó, vodka y whisky sobre todo dentro de los “boliches” (así se les llama a los antros Argentinos).
El Fernet lo conocí en la ciudad de Santa Fe, en donde después de cenar (obvio un buen bife de chorizo), me puse a pasear por una calle peatonal en el centro de la ciudad. Ahí en las tienditas o misceláneas tienen mesitas donde puedes tomar lo que te compras, me compre una cerveza Santa Fe, de mejor cuerpo que la Quilmes, y me puse a platicar con los Santafesinos, ellos se quejaban de los arrogantes porteños (gente de Buenos Aires) y me contaban de las costumbres que tenían en Santa Fe. Después de la cerveza me recomendaron comprar unas miniaturas de Fernet Branca, para combinarlas con coca. El sabor es agradable, pero se tiene que ir cuidando el nivel de Fernet que se pone, porque puede quedar algo amarga la bebida si se pasa. El Fernet es una bebida herbal espirituosa, de 45°GL, y aunque es originaria de Italia, Argentina es el país que más lo tiene arraigado dentro de su cultura y noches de boliche.
Otra bebida que los argentinos la llevan en la sangre es el Mate, que aunque no es alcohólica, le dedicare unas líneas. Elaborado por infusión con agua caliente de hojas de hierba mate, es común ver por la calle, a los argentinos (al igual que a los uruguayos y paraguayos) cargando su termo, su hierba y su mate (así también se le llama al recipiente para tomarlo, que originalmente era una especie de calabaza curada, pero que hoy día se utilizan diferentes materiales). También utilizan una especie de popote de metal, llamado bombilla, para tomarlo. El mate es una bebida social, y un grupo de amigos acostumbra tomar de un solo mate y una sola bombilla, pasándose de uno a otro hasta que se acaban el agua caliente del termo, cambiando de vez en vez la hierba del recipiente.
En ese viaje sólo tome mate en un par de ocasiones con personas que conocía en la calle Florida, zona céntrica de Buenos Aires cerca del obelisco, que en las noches se llena de artesanos que venden chacharitas, pulseritas tejidas, pinturas miniaturas, bisutería etc. Ellos me platicaban de la costumbre del mate, de lo pesado de los porteños, ja,ja (ellos eran Cordobeses y Rosarinos), me preguntaban del chavo del ocho y contábamos chistes de los dos países, al final les compartí un poco del tequila que llevaba y que era la primera vez que probaban.
A lo largo de Buenos Aires se pueden encontrar muchos bazares de artesanos (tianguis de chacharitas hippies) donde encuentras muchas cosas, unos especializados en antigüedades y cosas para coleccionistas. En uno cerca de San Telmo encontré una colección de Quilmes, 8 botellas conmemorativas con etiquetas antiguas de inicios del siglo pasado. Cerca de ahí, también me encontré con una cervecería artesanal que ofrecía muchos sabores de cerveza, entre ellas una sabor ají (con ají puta parió) realmente picosa.
Al estar el mercado dominado por los dos grandes imperios cerveceros, InBev y Heineken, se ha presentado un fenómeno interesante de las micro-cervecerías que ofrecen muchas opciones de cervezas artesanales totalmente nacionales, fenómeno que ya se presenta en Estados unidos y que en México también ha comenzado a surgir (Pero este será tema para otro blog).
Buenos aires tiene muchos lugares de interés: Palermo, Retiro, Puerto Madero (zona fresita para cenar y pasear), Boca (con su estadio y museo, catedral de Maradona) y cerca de ahí Caminito, donde vez parejas bailando tango y pequeños lugares para tomar una cerveza o un buen vino. Otro sitio interesante es Recoleta, con parques, museos, centros comerciales y restaurantes. Ahí me detuve a comer otro rico corte argentino y una buena botella de vino, en esta ocasión un Yauquen, cabernet sauvignon.
Después de varios días comiendo carne, el cuerpo empieza a protestar, lo bueno es que tienes la opción de comer buena comida italiana, pizzas al horno, pastas, ensaladas. Aunque siempre se tiene la tentación por la buena calidad de la carne de comer un buen bife de chorizo, un vacio, costillar, matambre o una rica parrillada.
Otros lugares donde puedes degustar otros platillos es en Rosario, ahí, puedes comer un rico “pescado dorado” cocinado a las brasas, pasear por sus playas artificiales a lo largo del rio y visitar el monumento a la bandera. A lo largo del Rio en Rosario es curioso ver las antiguas instalaciones de silos de trigo que hoy son adornadas de manera artística y dan colorido a la ciudad.
No pude constatar si el porteño es pesado o no, la mayoría de la gente está muy apurada en el ajetreo diario de una ciudad capital, las chicas bien vestidas y serias, no es fácil entablar conversaciones. Lo que si es que las personas que conocí, todas nacidas fuera de Buenos Aires, son amables, platicadoras y con interés de otras culturas (nada mas no les toques el tema Argentina-Brasil en el fútbol y todo irá de maravilla).
Así con unos kilos de más, tanto en mi cuerpo como en mi equipaje, por todas las cervezas y vinos que me traje, llegue a México, con ganas de regresar a Argentina y sus restaurantes, tiendas de discos, Gardel, las bailarinas de tango y bazares de artesanos.
Ok, ches, nos vemos en el próximo blog.
lunes, 7 de febrero de 2011
España, cerveza, vino y calimochos
Por cuestiones de trabajo o circunstancias de la vida, la mayoría de los viajes que he realizado han sido sólo, muchas personas no se imaginan andar solas de pata de perro por el mundo, pero tiene sus ventajas, no dependes de nadie para cambiar de planes, conoces mucha gente y tienes tiempo de hacer introspección de tu vida. Por otro lado, las cosas que se van viviendo siempre se extraña compartirlas o comentarlas con alguien durante un viaje.
Pero bueno, esto es un blog de tragos, je je, y en esta ocasión platicaremos de España, en donde tuve la fortuna de no viajar solo, sino con mi primo Rafa y un amigo Español, Emilio. Simplemente el mejor viaje que he hecho, tanto por la compañía como por las experiencias gastronómicas, los vinos y las fiestas.
Este viaje no hubiera sido lo mismo sin el Español Emilio, amigo de mi primo e hijo de un comerciante de Jamón Ibérico (jamón de pata negra o de bellota). Residente en Málaga pero oriundo de la ciudad Española-Africana de Melilla, por lo que su apodo era “El africano”. Gracias a los contactos comerciales de su padre, Emilio conocía gente en cada ciudad o pueblo español, por lo que pudimos conocer esos “pequeños lugares” escondidos, reservados para los lugareños que difícilmente como turista puedes llegar a conocer.
Anteriormente ya había estado en España, pero en esa ocasión en la etapa final de otro viaje, totalmente en bancarrota, por lo que esta era la oportunidad de sacarme la espinita y poder conocer realmente sus costumbres, sus bebidas y su gente.
El viaje se planeo de dos semanas, viajando en auto, durmiendo en campings y gastando todo en restaurantes, antros y cervecerías. La ruta incluía Andalucía, Extremadura, Castilla, Aragón, Navarra, El país Vasco y Cataluña. En ese año acababa de entrar el euro a España, pero los precios seguían igual de accesibles que cuando se usaban las pesetas, por lo que sólo faltaba encender motores y disfrutar el verano Español.
La primera fase del viaje fue Málaga (Andalucía) y sus alrededores, tomando como base el departamento de Emilio. En las cercanías de Málaga hay muchos puertos y playas muy nice, cucas, pijas o como le quieran llamar, llenas de yates de lujo, coches deportivos, mujeres elegantes y bares sofisticados por todos lados. El primer día fuimos a una de las playas a tomar en la costera unos gazpachos (bebida de tomate fría, que en muchos sitios se toma como sopa, pero que también en algunas partes de España se acostumbra servir en vaso como bebida refrescante durante el verano, algo así como un clamato, pero de diferente sabor). Posteriormente pasamos a unas frescas cervezas Cruzcampo, que es de las más populares en Andalucía. Durante la noche nos íbamos de marcha al centro de Málaga, donde es común juntarse en las plazas públicas rodeadas de micro-bares (changarritos sin mesas en donde realmente sólo cabe la barra del bar y unas tres personas) por lo que todos están en la plaza con su vaso brindando y conociendo gente. Ya un poco entrada la noche todos van emigrando a los clubes que se encuentran a unas 3 cuadras. En el club los cadeneros sólo van revisando que no se metan armas y nadie llegue pasado de copas, preguntando a los que se ven un poco mal, cuentas matemáticas, como “la raíz cuadrada de 81” y si no contestas rápido y preciso no te dejan entrar, ja ja ja.
Cerca de Málaga se encuentra Granada, que es una tierra ensangrentada en tarde de toros, y que ciertamente las mujeres conservan el embrujo de los ojos moros. Ciudad increíble, con una presencia árabe todavía muy importante. Después de conocer la Alhambra, nos fuimos al centro a comprar chacharitas y regatear con los moros y después a tomar unas cañas en una cervecería donde no cabía ni un alfiler. En España a medio día las cervecerías son algo similar a una lata de sardinas, todos tomando cañas o medias cañas de cerveza “Alhambra” de barril (la caña es una medida muy utilizada que equivale a un vaso alto estrecho de unos 250 ml., de hecho si sólo dices, me da una cerveza, no te llevan una botella, automáticamente te dan una caña). La cerveza se acompaña con una botanita de boquerones fritos recién preparados.
Ya dejando Málaga, fuimos siguiendo la costa Mediterránea y pasamos por Torremolinos y Marbella. Marbella es una ciudad muy ordenada, limpia, con muchos departamentos de lujo, vida laboral muy activa y playa, realmente una ciudad a donde aceptaría me cambiaran de residencia por trabajo, je je. Ahí nos detuvimos a tomar unas cañas de cerveza y comer unas tapas en un barecito. Seguimos el camino costero, pasamos por el peñón de Gibraltar y llegamos a un camping playero en el pueblito de Tarifa.
Tarifa prácticamente en un pueblo bar (lleno de surfers). Empezando a ponerse el sol, el centro del pueblo se empieza a llenar de jóvenes. Todo el centro está lleno de bares, con diferentes tipos de música, todos con fachadas blancas, techos bajitos, muy mediterráneos, unos se conectan con otros y te sirven lo que pides en vasos de plástico duro (no desechables), para que puedas ir de un bar a otro sin problema. Alrededor de la 1 am, los bares se empiezan a vaciar y la gente se mueve a un club enorme, con bailarinas colgando del techo y música tecno de DJ fantoche. En ese tiempo lo que se veía pedían más de tomar era vodka con jugo de uva, naranja, ron con cola o whisky con ginger-ale. Ya por ahí de las 6-7 am, la gente se empieza a ir, pero no a dormir, se van a un antro after-hours, donde dicen, la marcha se acaba a las 2 pm. Nosotros ya no llegamos a ese último lugar y nos fuimos a descansar al camping en la playa.
Al día siguiente estábamos como ballenas encalladas en la playa viendo los windsurfers haciendo sus acrobacias y curándonos la resaca con un brennivin islandés patrocinado por Rafa.
A medio día partimos a Cádiz, donde vimos la final del mundial de Corea-Japón junto con unos amigos de Emilio y nos asoleamos un ratito en la playa para agarrar color.
En la noche llegamos a Sevilla. Ahí nos encontramos con una amiga de mi primo que se unió al viaje por unos días.
Sevilla es bonita, tranquila, con comida excelente. Visitamos las instalaciones de la expo mundial del 92, interesante, pero como pueblo fantasma, ya abandonada. Cayendo la noche nos sentamos en un restaurant a tomar vino tinto sevillano y comer unos ricos caracoles a la diabla. Posteriormente en otro lugar pedimos una entrada de jamón de pata negra, ahí nos asaltaron, ya que unos 50 gramos de jamón nos salió como en unos 200 pesos. Para quitar el enojo, Emilio contacto a unos amigos para que nos llevaran a un buen sitio. Era domingo por lo que no se veía mucha marcha en la ciudad, sin embargo llegamos a un lugar como en un sótano, de puertas de madera, y casi casi, teníamos que dar una contraseña para que nos dejaran pasar. El lugar estaba lleno, era pequeño y había un espectáculo de música en vivo y bailarinas de flamenco. Ahí pedimos unos tintos de verano, que son preparados con vino tinto y refresco (soda) de limón, o vino tinto con agua mineral, jarabe, jugo de limón y hielos.
Durante todo este tiempo nos íbamos quedando en campings, muchos de ellos afuera de las ciudades, con todos los servicios, fiestas nocturnas en las casas de campaña vecinas y todos muy amigables. En las mañanas el español Emilio no estaba tranquilo hasta que desayunaba su cortado con tostadas (café expreso con leche y pan tipo bolillo partido a la mitad, tostado y embarrado con manteca de cerdo, ya sea natural, o como se come en Extremadura, con manteca colorá, osea manteca de color rojo condimentada con varias especias).
De Sevilla nos fuimos a Córdoba y visitamos la mezquita famosa que tiene, de ahí nos desviamos un poco de la ruta y nos fuimos a Extremadura, específicamente a Zafra a llevar a su casa a la nueva integrante del viaje. En Extremadura, Emilio contacto a una familia que tiene una fábrica de jamones ibéricos y son proveedores de su padre. Viajamos a un pequeño pueblo pegado a Portugal, la fábrica estaba en la casa de la familia, que nos recibió muy amablemente. Nos dieron un tour por la fábrica y las cámaras donde tienen almacenados los jamones para su maduración. Los dueños, una pareja de viejitos simpáticos, mantienen impecable las instalaciones, todo limpio y en su lugar. Al final nos pasaron a su sala y nos ofrecieron varios cortes de jamón de pata negra, chorizo, chistorra, queso, aceitunas y vino tinto (tempranillo de Extremadura). Degustamos como 6 o 7 diferentes jamones, todos excelentes. Al final de digestivo nos invitaron un orujo, que es un destilado de uva, de alta graduación alcohólica, alrededor de 55°GL. Los mejores orujos son gallegos y hay unos que son hechos con hierbas. Se sirven en pequeñas copitas y se degusta solo.
Una vez que salimos de Extremadura, pasamos por Mérida (ciudad con una gran cantidad de ruinas romanas) y nos dirigimos a Madrid.
Madrid, vieja conocida, siempre tiene vida en la noche. De nuevo Emilio contactó a una amiga, que resultó ser bar tender en un lugar del centro de Madrid. Terminando su turno nos llevó a varios barecitos, muchos de ellos exclusivos para los que trabajan en otros bares, con música de jazz o trova y mucho, mucho humo de cigarro (ya es prohibido fumar en lugares públicos en España, pero esos bares eran como escondidos, clandestinos, nosotros nos teníamos que salir de vez en cuando para respirar un poco de aire limpio y limpiar nuestros ojos llorosos de tanto humo). En Madrid la cerveza que manda es la Mahou, aunque también es común encontrar San Miguel.
El día siguiente fuimos a Toledo, a solo 40 minutos de Madrid. Ahí después de recorrer la preciosa ciudad, nos metimos a una tienda de embutidos, compramos unas hogazas de pan, pate de cerdo, de ganso, chorizo madurado de carne de jabalí, y de carne de venado. Después en una vinatería nos compramos unos cartones de vino tinto y una coca-cola, para preparar unos calimochos, y nos fuimos de picnic a un mirador, donde en la orilla de la carretera se puede ver la ciudad de Toledo desde lo alto. El calimocho es una bebida muy popular entre los jóvenes de España, ya que se utiliza vino tinto de baja calidad, barato y se mezcla con coca-cola. Es el equivalente a las aguas locas con Tonayan en México.
A partir de Toledo, empezamos a recorrer distancias más largas, pasamos por Zaragoza, y nos dirigimos a Pamplona, en el norte de España.
Lamentablemente por la fecha en que tenía mí boleto de avión, me quede a dos días del inicio de las festividades de San Fermín (mal llamada “Pamplonada”, casi como si a nuestra fiesta de independencia le llamaran los extranjeros la “Mexicanada”). Pero pude ver los preparativos y el ambiente de fiesta que ya estaba en el aire. Continuamos el viaje al norte, el paisaje se volvió montañoso, con coníferas y la temperatura empezó a bajar. Anteriormente habíamos estado viajando por valles algo áridos, llenos de olivos y cerros pelones adornados con el toro negro (originalmente el logo del brandy Osborne, actualmente ya fue adoptado por el gobierno como un símbolo cultural de España, espero en México no hagan eso con la silueta de un cuervo o de un murciélago negro).
Llegamos a San Sebastián, ciudad muy diferente a todas las demás, con mucha gente pudiente y edificios de lujo. Por la tarde-noche la gente pasea por la playa, en sus mejores prendas, muy afrancesado. Ese día era 4 de Julio y por alguna razón extraña en un pub irlandés empezaron a festejarles a los gringos presentes su independencia. El ambiente no era malo, pero estaba muy lleno, así que después de unas Guinness preferimos dejar el ambiente gringo y nos metimos a un antrillo en la playa. Parecido a las discos de Acapulco, la sensación del lugar fue un grupito de 20-30 chavitas de alrededor de 17-18 años, la sorpresa fue saber que las niñas que parecían ya sea suizas, noruegas o danesas, eran todas fresitas mexicanas de las lomas de Chapultepec, que de premio por terminar la prepa las mandaron en bola a Europa.
Los días de viaje acababan, pero todavía faltaba un punto antes de regresar, y cruzando el país llegamos a Barcelona. Ahí, nos dieron asilo unos ex compañeros de mi primo, que estudiaban en Barcelona. Ya todos habíamos estado ahí, por lo que en esta ocasión dejamos a un lado gran parte de los sitios turísticos, y anduvimos de fiesta, solo hicimos una parada en la Sagrada Familia, y de ahí al antro.
Barcelona es totalmente multicultural, se ve mucha comunidad árabe, africana, china, etc., así mismo es grande la comunidad gay.
Una de las cervezas populares en Barcelona es la Estrella Damm y después la cerveza San Miguel. Aquí, en lugar de tinto de verano, se ve más la sangría, vino tinto con fruta, jarabe, agua mineral y brandy.
La primer noche nos fuimos a una zona de antritos sobre la costera, prácticamente sobre la playa, en hilera uno junto a otro, con todo tipo de música: pop, rock, latino, tecno, disco, etc. Entramos al antrito latino, esperando bailar un rato, sin embargo la vibra del lugar no era la mejor, la mayoría de los que estaban ahí eran ecuatorianos, colombianos y cubanos, que nos veían como si fuéramos a raptar a sus mujeres, por lo que mejor decidimos meternos a un lugar con música internacional con gente de diferentes nacionalidades.
El siguiente día en la noche preferimos ir a un club grande, similar al de Tarifa, con bailarinas volando por los cielos, malabaristas jugando con fuego, etc. Las bebidas algo caras (9 euros), pero para nuestra sorpresa el vaso de jaibol lo llenaban casi completamente con lo que pedias y te daban el mezclador aparte, por lo que salían unos dos o tres tragos de un solo vaso.
En fin, los plazos siempre se cumplen y el viaje por España terminaba, se extrañan todavía esas noches de marcha, definitivamente el país que mejor parrandea y donde el verano es todo un acontecimiento para locales y foráneos.
Nos vemos pronto, prometo ya no extenderme tanto en los blogs como en este, je, je.
Pero bueno, esto es un blog de tragos, je je, y en esta ocasión platicaremos de España, en donde tuve la fortuna de no viajar solo, sino con mi primo Rafa y un amigo Español, Emilio. Simplemente el mejor viaje que he hecho, tanto por la compañía como por las experiencias gastronómicas, los vinos y las fiestas.
Este viaje no hubiera sido lo mismo sin el Español Emilio, amigo de mi primo e hijo de un comerciante de Jamón Ibérico (jamón de pata negra o de bellota). Residente en Málaga pero oriundo de la ciudad Española-Africana de Melilla, por lo que su apodo era “El africano”. Gracias a los contactos comerciales de su padre, Emilio conocía gente en cada ciudad o pueblo español, por lo que pudimos conocer esos “pequeños lugares” escondidos, reservados para los lugareños que difícilmente como turista puedes llegar a conocer.
Anteriormente ya había estado en España, pero en esa ocasión en la etapa final de otro viaje, totalmente en bancarrota, por lo que esta era la oportunidad de sacarme la espinita y poder conocer realmente sus costumbres, sus bebidas y su gente.
El viaje se planeo de dos semanas, viajando en auto, durmiendo en campings y gastando todo en restaurantes, antros y cervecerías. La ruta incluía Andalucía, Extremadura, Castilla, Aragón, Navarra, El país Vasco y Cataluña. En ese año acababa de entrar el euro a España, pero los precios seguían igual de accesibles que cuando se usaban las pesetas, por lo que sólo faltaba encender motores y disfrutar el verano Español.
La primera fase del viaje fue Málaga (Andalucía) y sus alrededores, tomando como base el departamento de Emilio. En las cercanías de Málaga hay muchos puertos y playas muy nice, cucas, pijas o como le quieran llamar, llenas de yates de lujo, coches deportivos, mujeres elegantes y bares sofisticados por todos lados. El primer día fuimos a una de las playas a tomar en la costera unos gazpachos (bebida de tomate fría, que en muchos sitios se toma como sopa, pero que también en algunas partes de España se acostumbra servir en vaso como bebida refrescante durante el verano, algo así como un clamato, pero de diferente sabor). Posteriormente pasamos a unas frescas cervezas Cruzcampo, que es de las más populares en Andalucía. Durante la noche nos íbamos de marcha al centro de Málaga, donde es común juntarse en las plazas públicas rodeadas de micro-bares (changarritos sin mesas en donde realmente sólo cabe la barra del bar y unas tres personas) por lo que todos están en la plaza con su vaso brindando y conociendo gente. Ya un poco entrada la noche todos van emigrando a los clubes que se encuentran a unas 3 cuadras. En el club los cadeneros sólo van revisando que no se metan armas y nadie llegue pasado de copas, preguntando a los que se ven un poco mal, cuentas matemáticas, como “la raíz cuadrada de 81” y si no contestas rápido y preciso no te dejan entrar, ja ja ja.
Cerca de Málaga se encuentra Granada, que es una tierra ensangrentada en tarde de toros, y que ciertamente las mujeres conservan el embrujo de los ojos moros. Ciudad increíble, con una presencia árabe todavía muy importante. Después de conocer la Alhambra, nos fuimos al centro a comprar chacharitas y regatear con los moros y después a tomar unas cañas en una cervecería donde no cabía ni un alfiler. En España a medio día las cervecerías son algo similar a una lata de sardinas, todos tomando cañas o medias cañas de cerveza “Alhambra” de barril (la caña es una medida muy utilizada que equivale a un vaso alto estrecho de unos 250 ml., de hecho si sólo dices, me da una cerveza, no te llevan una botella, automáticamente te dan una caña). La cerveza se acompaña con una botanita de boquerones fritos recién preparados.
Ya dejando Málaga, fuimos siguiendo la costa Mediterránea y pasamos por Torremolinos y Marbella. Marbella es una ciudad muy ordenada, limpia, con muchos departamentos de lujo, vida laboral muy activa y playa, realmente una ciudad a donde aceptaría me cambiaran de residencia por trabajo, je je. Ahí nos detuvimos a tomar unas cañas de cerveza y comer unas tapas en un barecito. Seguimos el camino costero, pasamos por el peñón de Gibraltar y llegamos a un camping playero en el pueblito de Tarifa.
Tarifa prácticamente en un pueblo bar (lleno de surfers). Empezando a ponerse el sol, el centro del pueblo se empieza a llenar de jóvenes. Todo el centro está lleno de bares, con diferentes tipos de música, todos con fachadas blancas, techos bajitos, muy mediterráneos, unos se conectan con otros y te sirven lo que pides en vasos de plástico duro (no desechables), para que puedas ir de un bar a otro sin problema. Alrededor de la 1 am, los bares se empiezan a vaciar y la gente se mueve a un club enorme, con bailarinas colgando del techo y música tecno de DJ fantoche. En ese tiempo lo que se veía pedían más de tomar era vodka con jugo de uva, naranja, ron con cola o whisky con ginger-ale. Ya por ahí de las 6-7 am, la gente se empieza a ir, pero no a dormir, se van a un antro after-hours, donde dicen, la marcha se acaba a las 2 pm. Nosotros ya no llegamos a ese último lugar y nos fuimos a descansar al camping en la playa.
Al día siguiente estábamos como ballenas encalladas en la playa viendo los windsurfers haciendo sus acrobacias y curándonos la resaca con un brennivin islandés patrocinado por Rafa.
A medio día partimos a Cádiz, donde vimos la final del mundial de Corea-Japón junto con unos amigos de Emilio y nos asoleamos un ratito en la playa para agarrar color.
En la noche llegamos a Sevilla. Ahí nos encontramos con una amiga de mi primo que se unió al viaje por unos días.
Sevilla es bonita, tranquila, con comida excelente. Visitamos las instalaciones de la expo mundial del 92, interesante, pero como pueblo fantasma, ya abandonada. Cayendo la noche nos sentamos en un restaurant a tomar vino tinto sevillano y comer unos ricos caracoles a la diabla. Posteriormente en otro lugar pedimos una entrada de jamón de pata negra, ahí nos asaltaron, ya que unos 50 gramos de jamón nos salió como en unos 200 pesos. Para quitar el enojo, Emilio contacto a unos amigos para que nos llevaran a un buen sitio. Era domingo por lo que no se veía mucha marcha en la ciudad, sin embargo llegamos a un lugar como en un sótano, de puertas de madera, y casi casi, teníamos que dar una contraseña para que nos dejaran pasar. El lugar estaba lleno, era pequeño y había un espectáculo de música en vivo y bailarinas de flamenco. Ahí pedimos unos tintos de verano, que son preparados con vino tinto y refresco (soda) de limón, o vino tinto con agua mineral, jarabe, jugo de limón y hielos.
Durante todo este tiempo nos íbamos quedando en campings, muchos de ellos afuera de las ciudades, con todos los servicios, fiestas nocturnas en las casas de campaña vecinas y todos muy amigables. En las mañanas el español Emilio no estaba tranquilo hasta que desayunaba su cortado con tostadas (café expreso con leche y pan tipo bolillo partido a la mitad, tostado y embarrado con manteca de cerdo, ya sea natural, o como se come en Extremadura, con manteca colorá, osea manteca de color rojo condimentada con varias especias).
De Sevilla nos fuimos a Córdoba y visitamos la mezquita famosa que tiene, de ahí nos desviamos un poco de la ruta y nos fuimos a Extremadura, específicamente a Zafra a llevar a su casa a la nueva integrante del viaje. En Extremadura, Emilio contacto a una familia que tiene una fábrica de jamones ibéricos y son proveedores de su padre. Viajamos a un pequeño pueblo pegado a Portugal, la fábrica estaba en la casa de la familia, que nos recibió muy amablemente. Nos dieron un tour por la fábrica y las cámaras donde tienen almacenados los jamones para su maduración. Los dueños, una pareja de viejitos simpáticos, mantienen impecable las instalaciones, todo limpio y en su lugar. Al final nos pasaron a su sala y nos ofrecieron varios cortes de jamón de pata negra, chorizo, chistorra, queso, aceitunas y vino tinto (tempranillo de Extremadura). Degustamos como 6 o 7 diferentes jamones, todos excelentes. Al final de digestivo nos invitaron un orujo, que es un destilado de uva, de alta graduación alcohólica, alrededor de 55°GL. Los mejores orujos son gallegos y hay unos que son hechos con hierbas. Se sirven en pequeñas copitas y se degusta solo.
Una vez que salimos de Extremadura, pasamos por Mérida (ciudad con una gran cantidad de ruinas romanas) y nos dirigimos a Madrid.
Madrid, vieja conocida, siempre tiene vida en la noche. De nuevo Emilio contactó a una amiga, que resultó ser bar tender en un lugar del centro de Madrid. Terminando su turno nos llevó a varios barecitos, muchos de ellos exclusivos para los que trabajan en otros bares, con música de jazz o trova y mucho, mucho humo de cigarro (ya es prohibido fumar en lugares públicos en España, pero esos bares eran como escondidos, clandestinos, nosotros nos teníamos que salir de vez en cuando para respirar un poco de aire limpio y limpiar nuestros ojos llorosos de tanto humo). En Madrid la cerveza que manda es la Mahou, aunque también es común encontrar San Miguel.
El día siguiente fuimos a Toledo, a solo 40 minutos de Madrid. Ahí después de recorrer la preciosa ciudad, nos metimos a una tienda de embutidos, compramos unas hogazas de pan, pate de cerdo, de ganso, chorizo madurado de carne de jabalí, y de carne de venado. Después en una vinatería nos compramos unos cartones de vino tinto y una coca-cola, para preparar unos calimochos, y nos fuimos de picnic a un mirador, donde en la orilla de la carretera se puede ver la ciudad de Toledo desde lo alto. El calimocho es una bebida muy popular entre los jóvenes de España, ya que se utiliza vino tinto de baja calidad, barato y se mezcla con coca-cola. Es el equivalente a las aguas locas con Tonayan en México.
A partir de Toledo, empezamos a recorrer distancias más largas, pasamos por Zaragoza, y nos dirigimos a Pamplona, en el norte de España.
Lamentablemente por la fecha en que tenía mí boleto de avión, me quede a dos días del inicio de las festividades de San Fermín (mal llamada “Pamplonada”, casi como si a nuestra fiesta de independencia le llamaran los extranjeros la “Mexicanada”). Pero pude ver los preparativos y el ambiente de fiesta que ya estaba en el aire. Continuamos el viaje al norte, el paisaje se volvió montañoso, con coníferas y la temperatura empezó a bajar. Anteriormente habíamos estado viajando por valles algo áridos, llenos de olivos y cerros pelones adornados con el toro negro (originalmente el logo del brandy Osborne, actualmente ya fue adoptado por el gobierno como un símbolo cultural de España, espero en México no hagan eso con la silueta de un cuervo o de un murciélago negro).
Llegamos a San Sebastián, ciudad muy diferente a todas las demás, con mucha gente pudiente y edificios de lujo. Por la tarde-noche la gente pasea por la playa, en sus mejores prendas, muy afrancesado. Ese día era 4 de Julio y por alguna razón extraña en un pub irlandés empezaron a festejarles a los gringos presentes su independencia. El ambiente no era malo, pero estaba muy lleno, así que después de unas Guinness preferimos dejar el ambiente gringo y nos metimos a un antrillo en la playa. Parecido a las discos de Acapulco, la sensación del lugar fue un grupito de 20-30 chavitas de alrededor de 17-18 años, la sorpresa fue saber que las niñas que parecían ya sea suizas, noruegas o danesas, eran todas fresitas mexicanas de las lomas de Chapultepec, que de premio por terminar la prepa las mandaron en bola a Europa.
Los días de viaje acababan, pero todavía faltaba un punto antes de regresar, y cruzando el país llegamos a Barcelona. Ahí, nos dieron asilo unos ex compañeros de mi primo, que estudiaban en Barcelona. Ya todos habíamos estado ahí, por lo que en esta ocasión dejamos a un lado gran parte de los sitios turísticos, y anduvimos de fiesta, solo hicimos una parada en la Sagrada Familia, y de ahí al antro.
Barcelona es totalmente multicultural, se ve mucha comunidad árabe, africana, china, etc., así mismo es grande la comunidad gay.
Una de las cervezas populares en Barcelona es la Estrella Damm y después la cerveza San Miguel. Aquí, en lugar de tinto de verano, se ve más la sangría, vino tinto con fruta, jarabe, agua mineral y brandy.
La primer noche nos fuimos a una zona de antritos sobre la costera, prácticamente sobre la playa, en hilera uno junto a otro, con todo tipo de música: pop, rock, latino, tecno, disco, etc. Entramos al antrito latino, esperando bailar un rato, sin embargo la vibra del lugar no era la mejor, la mayoría de los que estaban ahí eran ecuatorianos, colombianos y cubanos, que nos veían como si fuéramos a raptar a sus mujeres, por lo que mejor decidimos meternos a un lugar con música internacional con gente de diferentes nacionalidades.
El siguiente día en la noche preferimos ir a un club grande, similar al de Tarifa, con bailarinas volando por los cielos, malabaristas jugando con fuego, etc. Las bebidas algo caras (9 euros), pero para nuestra sorpresa el vaso de jaibol lo llenaban casi completamente con lo que pedias y te daban el mezclador aparte, por lo que salían unos dos o tres tragos de un solo vaso.
En fin, los plazos siempre se cumplen y el viaje por España terminaba, se extrañan todavía esas noches de marcha, definitivamente el país que mejor parrandea y donde el verano es todo un acontecimiento para locales y foráneos.
Nos vemos pronto, prometo ya no extenderme tanto en los blogs como en este, je, je.
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